En muchas organizaciones no existe una visión estratégica compartida del negocio: cada unidad anda por su lado y se fijan metas por departamentos sin entender el impacto en el negocio como un todo. Un despelote. Estos procesos terminan afectando las oportunidades de aprovechar repuntes en la demanda de los productos o servicios de la empresa y son ineficientes en el aprovechamiento de excedentes financieros. También, esto puede resultar -por ejemplo- en que ventas haga promociones que financieramente sean ineficientes porque aumenta las cuentas por cobrar o los días que se tarda en cobrar. La clave para coordinar las unidades, y tratar el negocio como un todo, es construir una visión general del negocio, compartida por todos y que cada unidad la ejecute desde su perspectiva. El rol de la gerencia es evaluar y lograr que la suma de las partes esté contribuyendo a lograr los objetivos planteados de la empresa.