Para que una empresa sea bella, al principio tiene que ver estrellas ⭐
Un nuevo proyecto no es instantáneo. Pudiera estar cubriendo costos en los primeros 12 meses y ser rentable en los primeros 24-36 meses.
Son muchas las labores de un empresario o de un “emprendedor". Aunque muchas de las tareas de una empresa consolidada —asentada en el mercado y con procesos más lustrados— son exactamente iguales a las que tiene que hacer una empresa en nacimiento, hemos querido abordar en esta edición las claves que un nuevo proyecto, compañía en formación o “emprendimiento” no pueden dejar de hacer para sobrevivir los tan cruciales primeros tres años.
Aunque en Venezuela las empresas venían acostumbradas a rentabilidades abismales en un tiempo casi inmediato, lo cierto es que normalmente un nuevo proyecto puede estar cubriendo costos en los primeros 12 meses y ser rentable en los primeros 24-36 meses.
Pero… ¿y cómo lo logran?
Captación vs mantenimiento de clientes: Aunque una empresa "consolidada” siempre esté abierta a conseguir nuevos clientes, su trabajo es de mantenimiento de la cartera de clientes. En contraste, las pymes (pequeñas y medianas empresas) o nuevas empresas deben centrarse fundamentalmente en captar clientes. Por eso, no solo la conceptualización del buyer persona (representación ficticia del cliente ideal) debe ser un "must” sino que también debe haber una estrategia de captación agresiva en la que los líderes del proyecto deben estar especialmente involucrados.
Ojo con la base de datos: Independientemente de si tu negocio vende a otras empresas (B2B) o directamente al consumidor final (B2C), seguramente no todos tus clientes potenciales se convertirán en clientes de manera inmediata. En ese sentido, la labor de una pyme es pensar que el día de mañana logrará la tan ansiada conversión de cliente potencial a cliente real. Por eso, la construcción de la base de datos es una labor crucial para una empresa que recién comienza. Allí, encontrará la puerta hacia las ventas.
Flexibilidad: Aunque suena “cliché”, la flexibilidad se ha convertido en uno de las claves para las pymes en el último lustro y especialmente después del COVID-19. El liderazgo de las empresas debe entender a la flexibilidad como un valor transversal en la organización y no como sinónimo de ineficiencia. Un ejemplo de la flexibilidad que se requiere pudiera ser entender que el cumplimiento de un horario no garantiza el cumplimiento de objetivos ni mayor eficiencia. Otro ejemplo es que no todos los colaboradores de la organización deben ser fijos, sino que también existen estructuras “freelance” bastantes competitivas.
Rigurosidad financiera: Este es un punto central. Una administración pulcra y un manejo financiero óptimo es algo que una empresa consolidada debe hacer y una empresa que arranca también. Tener control sobre las cuentas por cobrar, los Días Calle de tu inventario, indicadores de gestión financiera; tener en el horizonte el punto de equilibrio, presupuestar y mantener una adecuada planificación financiera, entre otras actividades relacionadas, son algunas de las tareas que se deben aplicar como parte de la cultura organizacional desde el día cero.
Visión primero y ejecución después: Una de las claves para sobrevivir los primeros 24 meses es poder soportar las crisis operativas o financieras del proyecto. Para ello solo hay una receta: la visión de la empresa debe permear del liderazgo hacia el resto de la organización. Esa visión es una especie de escudo protector frente a las dudas por fallas en la ejecución general de las cosas o cuando los clientes no llegan. Atención: Esto no quiere decir que la visión no pueda cambiar, porque iterar la idea de negocio es también parte de la flexibilidad descrita en el tercer punto. Pero sea cual sea la visión concebida, hay que comunicarla y hacerla parte de la cultura para mantener barco a flote.
El artículo
“El emprendimiento y sus malentendidos”.
La revista Debates IESA publica este oportuno artículo de Clariandys Rivera-Kempis sobre el emprendimiento y sus malentendidos: muy vigente para navegar las aguas profundas del emprendimiento en Venezuela.
Conclusión
En el 2020, Forbes reportó adquisiciones y fusiones por 3.830 millones de dólares en Latinoamérica y en el 2021 La Asociación de Capital Privado en Latinoamérica (LAVCA) reportó inversiones históricas que ascendieron a los 15.800 millones de dólare. Aunque en el 2022 y el 2023 esta cifra ha descendido en casi 50%, las oportunidades para las empresas que superen 24-36 meses y logren llegar a una etapa de maduración están allí.
Tener una idea pudiera ser el comienzo de algo, ejecutarla ya es un gran avance, pero vivirla, sobrevivirla, iterarla y transformarla en un objeto de inversión o de utilidades para los accionistas y colaboradores —especialmente en un contexto como el venezolano— solo puede lograrse con el equilibrio adecuado entre flexibilidad y disciplina.
Recomendaciones
How I Built This, el podcast de Guy Raz, puede servirte de inspiración para conocer historias de éxito.
Este bootcamp del MIT para emprendedores puede ser una buena oportunidad para saber si tienes lo que se requiere.
The Lean Startup, el libro de Eric Ries, es un “must read” para cualquier emprendedor.
,,,muy acertado el articulo, siempre en el blanco saludos Asdrubal y Jesus
Excelente como siempre, muy pulcro.