¿Frenazo económico? ✋🏼 ¿Y ahora qué hacemos?
El 2023 inicia con frenazo del crecimiento que mostraba el país durante el primer semestre del 2022. Pero aún esperamos crecimiento este año, entonces ¿cómo aprovechamos las oportunidades?
Desde finales de 2021 y el primer semestre de 2022, Venezuela vivió una sensación de mejora económica luego de siete años de recesión. Y es que, más allá del sarcástico y debatible #VenezuelaSeArregló, el consenso entre los economistas es que Venezuela creció en el 2022 en una cifra cercana al 10%.
¿Qué estuvo detrás de esa sensación de bienestar? Una apertura económica tibia, cuatro años de dolarización de facto, el rebote inercial por un crecimiento sumamente bajo y la entrada de recursos del exterior para invertir –desahorro en dólares y uso de tarjetas de créditos internacionales– fomentada por la dolarización.
Sin embargo, eso es lo que ocurrió en neto durante todo el año. Pero si observamos con un poco más de detenimiento notamos que la euforia de los primeros meses de 2022 (de un crecimiento por encima del 15%) entró en territorios más pesimistas en el segundo semestre (coincidiendo en buena medida con la aplicación del “impuesto a las grandes transacciones financieras” o IGTF).
Esto se notó tanto en la discusión pública como en conversaciones que tuvimos con muchos de nuestros clientes, y en reiteradas ocasiones se repitió menciones a un estancamiento de la actividad o hasta caídas en volúmenes de ventas. La inflación se ha disparado, las industrias productivas están en horas bajas (como la manufacturera, la agrícola o la minera), la industria petrolera crece muy lento, el crédito sigue siendo muy bajo y hay una desconfianza a largo plazo en las instituciones o las reformas políticas. Por ello, cabe preguntarse: ¿Estamos llegando al “techo” del crecimiento?
Veamos algunos eventos destacables en la economía desde agosto 2022 a mediados de febrero 2023:
La implementación de medidas como IGTF, la suspensión de las transferencias en USD en la banca local y el aumento significativo de las comisiones para retiros de USD en efectivo redujeron el uso de los dólares en la economía: pasó de representar 65% de las transacciones a finales de 2021 a 46% a finales de 2022. Esto repercutió en más presión cambiaria e inflacionaria por un mayor uso relativo del bolívar de nuevo.
El tipo de cambio subió de Bs 8/$ a Bs 24/$ -un aumento de 200%- en los últimos tres meses, y la inflación pasó de promediar 3,9% mensual durante el período enero-abril de 2022 a 30% mensual entre noviembre 2022-enero 2023.
Esto provocó que la inflación interanual pasara de 239% a cierre de 2022, a más de 400% en enero y el tipo de cambio aumentara más de 400% interanual.
Como consecuencia de esto, el volumen de ventas interanuales en Caracas tuvo una caída de 3% en diciembre respecto a diciembre de 2021, una tendencia similar a la que observamos en enero. Las navidades no fueron salvavidas.
También hubo elementos macro que redujeron la liquidez en dólares del gobierno para mantener controlado el mercado cambiario: La producción petrolera se estancó alrededor de 700 kb/d, el precio del petróleo del crudo venezolano (Merey) cayó de 23% (de USD 80 a USD 61) y la aplicación de sanciones a Rusia impactó en la capacidad del gobierno de cobrar las exportaciones de crudo durante el segundo semestre, ya que cerca del 60% del flujo pasa por la banca rusa.
El gobierno ahora está sometido a tensiones con trabajadores del sector público y pensionados por aumentos salariales, debido a los repuntes de inflación de los últimos meses, pero se mueve en un complicado equilibrio porque un aumento salarial importante generaría nuevamente más presión cambiaria e inflación, ante las limitaciones en ingresos que enfrenta.
¿Pero hay oportunidades en este entorno?
En Ecoanalítica, todavía pronosticamos que el crecimiento y el consumo serán positivos durante 2023: pero desacelerándose progresivamente en los próximos años en la medida que no haya una recuperación sustancial de la productividad e ingresos reales.
En ese sentido, la oportunidad de aprovechar los nichos pasa por entender las necesidades reales del consumidor y la disponibilidad de oferta similar en el mercado, sin caer en sobredimensionar la demanda sin planificación que está llevando a cierres de bodegones y restaurantes.
¿Y cómo conocemos las necesidades reales y la disponibilidad de oferta? ¡A través de la aplicación de un estudio o investigación de mercado!
¿Qué te permite saber un estudio de mercado?
¡Mucho! Por ejemplo, la participación en el mercado del rubro, el posicionamiento de la marca o una investigación personalizada sobre preferencias del consumidor en el rubro. También la capacidad de compra del consumidor, sensibilidad de la demanda a cambios de precios y los patrones de consumo: como la frecuencia y tipos de consumidor, los productos más esperados, la expectativa del consumidor del sector en el que operas en este 2023 y la importancia del servicio como enfoque para fidelizar clientes.
Todos ellos son elementos claves de cara a la planificación estratégica en la apertura de nuevos negocios, que permiten aprovechar las oportunidades en un entorno complejo como el venezolano.
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El uso de Google Trends como una herramienta valiosa para estudiar patrones de consumo en el país y el mundo es parte de las métricas que usamos tanto para investigaciones de mercado como en nuestros modelos de actividad económica.
El podcast Enfoque Ecoanalítica en el que hace unas semanas hablamos del techo del crecimiento de nuestra economía. Además, la próxima semana presentaremos un capítulo referente a la desaceleración y varios de los puntos tratados en esta edición.
El evento de Ecoanalítica de marzo -en el que conversaremos de forma cercana, en un formato de desayuno- sobre las opciones de financiamiento actuales y las estrategias empresariales a aplicar en un contexto desafiante por el incremento del costo de vida en dólares y los cambios en los patrones de consumo.