El problema fiscal venezolano: ¿Cómo pueden afrontarlo las empresas?
Aunque Venezuela tiene una de las tasas impositivas más altas del continente, es el país latinoamericano con la tasa más baja de ingresos generados por la recaudación de impuestos como porcentaje del PIB. El país mantiene uno de los Impuestos Sobre la Renta y al Consumo (IVA) más altos de la región, lo cual es relevante porque dichos impuestos concentran a casi el 75% de la capacidad recaudatoria total de los gobiernos latinoamericanos.Entonces, si los impuestos en Venezuela son relativamente altos, y a ello sumamos la reciente incorporación de un impuesto nuevo del 3% sobre las operaciones en divisas extranjeras, así como un mayor peso sobre los impuestos municipales, ¿Por qué los ingresos fiscales del gobierno son tan bajos? Porque hay una baja base de recaudación. Es decir, pocas empresas y ciudadanos declaran impuestos.
Esto se debe a que Venezuela tiene altísimos niveles de informalidad laboral, además de un sector privado muy disminuido y un sistema de pagos sumamente complicado. Entonces, ante la voracidad con la que el Estado debe contrarrestar los problemas estructurales de la recaudación ¿cómo pueden las empresas venezolanas esta enfrentar esta situación fiscal?
Cuatro claves sobre el problema fiscal venezolano
Para enfrentar la voracidad fiscal, las empresas deben diseñar una estrategia eficiente que permita cumplir las obligaciones fiscales sin que los impuestos impacten excesivamente en márgenes. Para esto, se necesitará una planeación y asesoría adecuadas que disminuya el peso tributario sobre la empresa.
Para tomar decisiones sobre cual línea de negocios priorizar, se debe cuantificar el impacto fiscal sobre cada una –por ejemplo, unidades de producción, distribución o retail– y evaluar en cuales de estas la carga fiscal tiene un mayor peso en la rentabilidad.
La adaptabilidad a nuevos tipos de impuestos y la cuantificación de impacto a lo largo de toda la cadena de valor es crucial. Por ejemplo, evaluar el impacto de la Ley a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) en los proveedores y priorizar los pagos que no se vean afectados por el nuevo impuesto, sin descartar medios de pago como el cash o transferencias externas.
Construir una estrategia fiscal que no sólo sea eficiente sino sostenible: es decir, cumpliendo las obligaciones fiscales sin violar el marco legal y así no incurrir en penalizaciones del estado.
El tweet
El artículo
El Banco Interamericano a través de su publicación nos brinda la oportunidad de comparar la realidad regional en la materia, demostrando una mayor capacidad de recaudación de los gobiernos a pesar de tener niveles de impuestos similares o menores que Venezuela, toda vez que tienen una mayor efectividad en la recaudación gracias al fomento de la inversión y formalidad laboral.
El indicador de la semana
Carga fiscal como % de los ingresos totales de la empresa
Evaluar la evolución de la carga fiscal de la empresa, y mantener seguimiento a repuntes, bien sea en el agregado del negocio o en algunas de sus líneas, facilitará la aplicación de una estrategia eficiente en la declaración de impuestos, que no impacte tanto en los márgenes de la empresa.
Conclusión
Un estudio reciente de la Universidad Católica Andrés Bello reveló que en Venezuela el nivel de informalidad laboral –es decir, la proporción de la fuerza de trabajo que no tiene acceso a la seguridad social– se ubicaba en 84,5% para 2020 (Marotta, 2021). Por otro lado, estudios de Ecoanalítica han mostrado que sólo el 20% de los dólares que circulan en la economía pasan por el sistema financiero local. Es decir, equivalen a sólo una quinta parte del total de circulante en moneda extranjera en Venezuela. Por ello, es crucial combatir la informalidad para poder mejorar la recaudación de impuestos.
También, en un contexto en el que los nuevos impuestos municipales y el IGTF están ralentizado la frágil recuperación económica, es crucial generar incentivos fiscales y mejoras en el sistema de pagos que permitan que el sector privado –que ha atravesado un período largo de contracción– tenga un respiro y pueda crecer. Porque las empresas venezolanas no podrán crecer en un contexto que la recaudación golpee sus márgenes ya reducidos y con una voracidad fiscal que asfixie el tibio crecimiento que apenas están generando tras ocho años de caída económica.
Una reforma fiscal que incentive la inversión y la formalidad laboral (la ley de Zonas Económicas Especiales es un paso en la dirección correcta pero aún muy lejos de ser una solución óptima), y no que impacte en la leve recuperación a través de mayores impuestos, será un dinamizador efectivo para el crecimiento sostenido de nuestra economía.
Tres recomendaciones finales de esta entrega
Un programa de nuestro director, Asdrúbal Oliveros en el que habla sobre el interés del sector privado en operar en Zonas Económicas Especiales que contrarresten el repunte de la presión fiscal sobre las empresas.
Un estudio (2021) del profesor de la UCAB, Demetrio Marotta, sobre la informalidad laboral en Venezuela y la composición de nuestro mercado laboral.
Y por último, les recomendamos la cuenta de Instagram y las redes sociales de Ecoanalítica para estar al tanto de datos e información de interés sobre el clima de negocios en Venezuela, con datos del mercado laboral y otros elementos claves.