En los últimos años ocho años, Venezuela experimentó una contracción económica que raras veces se ve en un país fuera de guerra. Sin embargo, debido a un cambio de rumbo en las políticas económicas del estado, estamos presenciando un repunte del consumo privado y del PIB cercano a los dos dígitos: un rebote moderado. Aunque el crecimiento es desigual en términos de las industrias que se beneficiarán y los sectores sociales que se privilegiarán, las perspectivas de actividad económica y consumo son positivas hasta el 2025, a la par que las presiones inflacionarias locales se suavizan: entonces, queda preguntarse ¿Qué les espera a las empresas en Venezuela? ¿Y cómo van a afrontar los próximos cinco años?